jueves, 29 de octubre de 2020

 


SPOILER

 

 

 

Una butaca para mí

Documentos reunidos: registro oracional y con acuarelas del 34° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata

 

 

Cuqui

 

 

 



Mar del Plata

 

Sábado 9 de noviembre

13:51 pm

 

La fonte d´oro

   Ya retiré mi acreditación paga. No me encontraban con mi nombre del DNI, claro, figuro como Cuqui Cu. Estoy un poco arrepentida de la foto que mandé para la credencial, no me siento tan identificada. Se ve que lxs empleadxs las revisan accidentalmente al buscar a otrxs. Me contaron de mí como excepción y de otra chica que mandó una foto comiéndose una hamburguesa.

   Luego fui al Espacio INCAA a buscar una guía de programación del festival, pero ya no quedaban. Parece que esperan cajas más tarde, así que mientras tanto miraré la grilla por internet.

   Cuando llegué al hotel, estaba mi ficha completada el año pasado, tenía mi letra. Ahora me tocó la habitación 406. La señora de recepción me dijo que no ha visto tanta publicidad del festival como otras veces.

   No tengo invitación para la apertura. El año pasado tampoco, pero todo se dio mágicamente para que consiguiera. Me da igual si no puedo ingresar, dibujaré afuera y chau.

    Qué emoción me da sentir el viento fresco que es de acá solamente, viene del océano, nada terrestre, lo sentí apenas me bajé del colectivo. También se siente el frío del mar a medida que unx se acerca a él. Vengo al festival de cine como excusa cultural para ver el mar.

   Del viaje Córdoba-Mar del Plata, nuevamente, me tienta mucho Balcarce. Para otra vez, quisiera venir unos días antes y quedarme ahí.

   Qué impresionante el concepto de campo argentino. Me da alegría ver a las vacas pastando, descansando, caminado unas junto a otras, prefiero verlas vivas.

   (Detrás de mí está sentada una señora dele quejarse del colectivo, que estaba sucio, que no le dieron de comer. Que el hotel tiene baldosas de un tipo de mosaico que al parecer detesta. Y que el baño es sin bidet).

   Yo estoy chocha con mi hotel. ¡Me tocó cama doble y tiene bañera! Así que voy a comprar sales para darme baños de inmersión.

   Particularmente me encanta vivir en hoteles y tener secador de pelo. Yo no me compraría uno para tener en mi casa, me gusta que estén en los hoteles.

   (No, pero estoy bien, dice la señora).

   Mi colectivo fue mejor de lo que esperaba. El vendedor del boleto me había dicho que no tenía servicio de cena ni desayuno, así que llevé agua, unas galletitas y chicles. ¡Pero sí había! ¡Me comí un súper alfajor sin chocolate!

   (Parece que está hablando con la madre).



Domingo 10 de noviembre 

8:30 am

 

Bar desayunador del hotel

   Si me preguntan qué pasó anoche, no sabría qué decir.

   Pude conseguir muy fácil una invitación para la apertura, pero me llamó la atención que no hubiera fila para entrar. Lo atribuí a que era temprano.

   Tenía que ingresar por la alfombra roja, algo que no quería, así que esperé a un grupo informal y me sumé. De hecho, ellxs pasaron por el costado, por fuera de la alfombra y yo lxs seguí.

   Adentro ya había gente y después se fue llenando más y más. Hasta ahí me pareció normal. Me entretuve dibujando. Pero no veía gente famosa, o no como el año pasado. La comida me pareció impactante: dos paellas gigantes, pata flambeada, una picada, sushi. Brochets con algo rebozado. Empanadas. No había nada vegetariano, así que pregunté y me iban a armar algo. De hecho, ¡lo hicieron! Unx de lxs mozxs me lo dijo, pero yo ya me las había arreglado y había comido dos panes de salvado con una mayonesa con ajo, riquísima y llenativa. Después trajeron varios postres, pero solo probé unos vasitos con mousse de frutilla y un pompón de crema arriba, y otra versión estilo lemon pie.


 

  En un momento la paleta de invitadxs era toda negra, después vi toques de color. Yo me iba a poner un vestido negro, incluso lo traje para eso, pero al final me puse un vestido naranja con un buzo verde inglés con pequeños estampados, ambos vintage, y un pañuelo amarillo furioso.


   Después llegó el momento de entrar a la sala Astor Piazzolla y me senté al fondo, como el año pasado. Incluso más al fondo. Y volví a dibujar mientras iba entrando la gente.






   Para mi sorpresa, la sala no estaba llena. El año pasado sí. Faltaban las dos alas de los costados, ocupadas con más prensa que otra cosa (elementos para filmar) y las últimas filas. Había tres chicas sentadas delante mío, muy cool, pero con una mala onda importante.

   Le dieron un premio honorífico a José Martínez Suárez, que lo recibió su hija de 68 años, ya abuela (¡qué fuerte tener a tu padre y a tus nietxs vivxs al mismo tiempo!). Habló Cecilia Barrionuevo y después le dieron un Astor de Oro a la Trayectoria a Graciela Borges, entregado por Gastón Pauls, Romina Ricci y otra actriz más que no recuerdo el nombre. La Borges estuvo de diez. Muy emocionada por la muerte de José Martínez Suárez. Diva, con esa voz tan particular como con una papa en la boca, pero manejada con elegancia, glamour, inteligencia y humor. Ella dijo al final de su discurso: Este festival se tiene que llamar José y este festival tiene que llamarse ¡Viva el cine! Todo lo que se habló fue en relación a José Martínez Suárez, algo lógico, pero cuando iba a comenzar la proyección de Los muchachos de antes no usaban arsénico, restaurada, se empezaron a levantar en masa.



   Había algo previo en el público, tibio, soso. Y cuando se fueron así, que quedó la mitad o menos de la mitad del escaso público, no entendí: ¿lo detestaban? ¿Lo detestaban como gestor o como cineasta? ¿Ya habían visto la película?

   Por otro lado, cualquier filme anterior a 2015 salta machirulo. Y este era de 1976. Eso sí era desagradable de ver. Me acordaba de ciertos fragmentos de una novela policial que venía leyendo en el colectivo de larga distancia, de la pareja sueca Maj Sjöwall y Per Wahlöö (¡qué hermosos apellidos a nivel visual!), publicada en 1967 donde también, el machismo es muy visible en comentarios de los policías varones hétero cis sobre la sexualidad de las mujeres, por ejemplo.

   Durante el vernissage pasaron dos canciones de Michael Jackson que era un pedófilo cínico (todavía no puedo creer que me refiera a él de ese modo).Ayer también vi en revista Ñ el título de una nota (no la leí todavía) sobre Woody Allen y la prohibición de estrenar su última película en EE.UU., lo cual me parece muy bien aunque en verdad tendría que estar preso por haber abusado de su hija a los siete años.

   Los tres coprotagonistas masculinos de Los muchachos de antes no usaban arsénico eran totalmente desagradables, pero entendible si los vemos como lo que eran: femicidas. La mujer madura me interesó como personaje, fuerte, pero a su vez con ese lado sumiso de quedarse con semejante marido imbécil. Y la mujer joven tenía esa mierda del coqueteo de las que se aprovechan de su poder de belleza y sexualidad con los tipos, aunque unx la podría disculpar porque era una estafadora y ella misma confesó que todo eso era una actuación.

   No sé si mataron a la rata atrapada por el cuello en una trampa, o si ya estaba muerta y la pusieron en ese dispositivo. Tampoco sé si hayan tenido en otra trampa, una caja que tiraron al río, a un animal pequeño que se comía a las gallinas y sus huevos. Era muy de otra época la manipulación de los animales, incluida la de una araña pollito o tarántula.

   El conejo sí estaba muerto y fue despellejado en el filme por uno de los personajes.

   Pero creo que con todos los mariscos y la pata de vaca que se comieron antes lxs espectadores, mucho no les habrá importado. Supongo que en el futuro no se permitirá comer animales en un vernissage como ahora no se permite el maltrato animal en cine.

   Durante la proyección se deben haber ido unas diez, quince personas más. Al final se aplaudió, pero para mí fue raro, ¿aplaudir que los tres hombres esos hayan matado a las dos coprotagonistas femeninas? Fue extraño. Aplaudir la película sí, ok, estaba bien hecha, pero yo sentí que no aplaudía una película sino que estaba todo bien con que los femicidas lograran su cometido.

   Por otro lado, anoche no conseguí nada para cenar, me había dado un poco de hambre. No entiendo a la gente de Mar del Plata, ¿detestan a los turistas? ¿Qué pasa acá?

   Eso de no encontrar rotisería, de entrar a un bar que vendía empanadas para llevar, pero solo tenían de carne de vaca, pollo y jamón y queso… Debe ser que no he encontrado la zona donde está lo vegetariano. Así que veré de conseguirme un súper y abastecerme. Anoche me comí una banana y listo. Pero me parece raro.

   Quise reservar online las entradas para hoy y la que más me interesaba, el documental Zombies en el cañaveral, ya no tenía espacio para acreditadxs, así que no me voy a arriesgar y mañana compraré una.

   Después me equivoqué y reservé para una película que está en función de prensa. Lo atribuí al cansancio general.

   Anoche me costó dormirme.

 

 

Auditorium

11:45 am

Scatered night (Lee Ji-Hyoung y Kim Sol)

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Cinema 2

13:55 pm

Lemebel (Joanna Reposi Garibaldi)

 



   Tengo ganas de llorar, no porque él haya muerto porque no ha muerto. Es porque es una reivindicación de valer aunque no tengas mucho dinero, de vivir el cuerpo como es, de la poesía, el draguearse. Es un performer que se pone en riesgo con el fuego, no es un esnob.

   Retrato plástico, dicho por la directora.

   Necesitaba que me recordaran lo que es importante.

 

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Ambassador 3

17:45

Zombies en el cañaveral. El documental (Pablo Schembri)

 

 

   Me enteré hace unos quince minutos que renunció Evo Morales y que hay golpe de estado en Bolivia. ¿Será verdad? Espero que no.

 

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   Primero me comí 250 grms de helado: pistacho, lemon pie y otro nuevo para mí; luego pasé por el súper y comí muchos sándwiches de pan lactal negro con queso en fetas, champiñones en lata (de esas que se abren sin abrelatas) y salsa golf, pero comí tragándolos. Después dormí unos veintiocho minutos de siesta y me vine al Ambassador 3.

 


Lunes 11 de noviembre

08:43 am

 

Bar desayunador del hotel

   Hoy a la mañana me di cuenta que ahora tiene sentido lo que hacía en el 2007 o en mi casa años después, eso de ir al cine y colarme para ver dos o tres películas más, ir todos los jueves durante cuatro años a ver dos películas seguidas y sentarme a mirar tres o cuatro de un tirón en mi computadora. Antes me parecía que era para huir de la realidad, por estar deprimida. Acá en el festival de cine eso cambia por completo: tiene sentido, es normal y esperable ver varias películas por día (estoy segura de que hay gente que mira más que yo).

   Es como esa historia que contaba Enrique Bourón en una charla de Biología total, acerca de un hombre que iba de bar en bar tomando/catando café porque en el fondo ¡quería abrir una cafetería!

   Con respecto a la película coreana, Scatered night, de ayer, me pareció un acierto que la historia fuera contada desde el ángulo de la nena. Por otro lado, me encantó que se sentaran a comer en mesas ratonas, yo necesitaría una en mi casa, así no sigo comiendo sentada en el piso estilo picnic, sino un poco más organizada.




  Anoche, poniéndoles agua a mis acuarelas, vi que no están tan buenas, les falta muchísimo trabajo pero ya encontré algo nuevo para mí: registrar como siempre + el contenido de las películas. Creo que la primera vez que dibujé un contenido en modo registro, fue en el Filba Nacional de La Cumbre del 2018, durante la lectura de Mariana Robles. Ella estaba embarazada de Ligia y vestía ropa nueva bordada muy a su estilo barroco.

   Lemebel me trajo a tierra. Ahora que lo pienso, ¡él trabajaba en Radio Tierra! Me hizo muy pero muy bien. Verlo artista, militante queer, escritor. En síntesis, un artista-artista. Pensaba en que si yo tuviera veinte años de edad y él treinta años de muerto, sería fan de un mito, como cuando yo tenía veintitrés y me quedé enamorada de Simone de Beauvoir, Marguerite Yourcenar y Colette. Ver fotos suyas como performer siendo escritor: eso me hubiera fascinado de él en el futuro.

   Lemebel y Naty Menstrual se parecen mucho cuando leen por esos looks tan de señora arreglada (ahí sí es linda la palabra señora, no cuando la usan con respecto a mí).

   La nariz de Pedra es similar a la de Cecilia Barrionuevo, esas narices puntiagudas divinas.

   A la mañana yo había ido a caminar para el lado del Torreón del Monje y me di cuenta del poder adquisitivo de la gente que me cruzaba al ir caminando por la costanera. Había flores complejas que crecían como silvestres rodeando árboles en canteros.

   En esa caminata claramente me crucé con gente de plata que caminaba o corría y calculaba el dineral de los inmuebles por esa zona. Después, al sentarme en la butaca para ver Lemebel, pensé en que casi todxs lxs que hacen cine tal vez también tengan plata, tal vez sean de clase media para arriba. Entonces aparece Pedra toda artista y me reencontré conmigo misma: proyectando sus diapos como yo cuando me hacía diapos. Esa cosa analógica nuestra de sacarnos autorretratos o posando para otrxs pero como hechos en sí mismos, importantes, porque no existía la facilidad digital de ahora.

   ¿Habrá sido unx narcisista, unx de esxs desagradables sin empatía que cubren su desvalorización rebajando a lxs demás? Espero que no. Alguien egocéntrico no me molesta, solo me molestan lxs narcisistas patológicos porque son yo, yo, yo (eso puede ser, incluso, gracioso), pero humillan y pisotean a lxs demás para elevarse.

   En un momento del documental, Lemebel dijo que nunca estuvo en el closet, que él tenía ropero, ja, ja, ja. Yo hice una improvisación con la Hermana Margarita, que está escondida en el closet, llamado rrrropero en otras partes del mundo, escondiéndose del demonio y unos fallecidos.

   Cuando dice que él es Frida… bueno, sí, fue un deseo autocumplido el de estar en una silla de ruedas enfermx.

   ¿Alguien hará un documental sobre mí? En la sala justo, estaban las chicas de la Universidad Blas Pascal que me entrevistaron hace un par de meses para una materia de su carrera, por mi lado tarotista. Sino lo podría hacer yo misma con el celular.

   Los bienes materiales están bien en tanto y en cuanto te sirvan para vivir y potenciar lo que querés hacer, pero no para quedarte perdidx en las exigencias para conseguirlos. Me estaba por perder en ese camino.


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   A la tarde fui a ver Zombies en el cañaveral. Claro, yo no sabía que era un documental de ficción y creí que todo era cierto. El director y sus secuaces pueden ampararse en la ignorancia cinéfila de cierto sector del público, al que pertenezco.




   Había cosas que no me cerraban de la filmación, como por ejemplo que Ofelio (el supuesto director de cine) viviera en una casa humilde en comparación a él mismo de joven residiendo un mes en Nueva York. Y que la hija del productor le aclarara al director detrás de cámara, que ella nació mucho después de la filmación de la película, que por eso no estuvo durante el rodaje en 1965, cuando claramente debe tener unos 34-39 años y no quince más.

   Fue una desilusión, me hubiera encantado que esa película fuera real, aunque también es un alivio que no sea así porque me indignó mucho todo lo que les había pasado.

 

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   Ayer me encontré en la calle una lapicera de las que regalan lxs visitadores médicxs. Me pareció una muy buena señal.

 

 

Playa

10:57 am

   Quise hacer una deriva en relación a mi vida y lo que sentí fue miedo. O que tenía que tener cuidado.

   Cuidado con la gitana, de que no me siguiera mucho más de lo que me siguió; cuidado con el mar debajo del muelle (me detuve a dibujarlo); cuidado al pasar delante de las escolleras porque la marea estaba tan baja que se podía hacer, pero a su vez ¿lo suficientemente baja?

   Si el mar tuviera olas de cuatro metros no tendría que ser cuidadosa, ni me acercaría, pero sí tenía que serlo con algo que aparentemente era inofensivo.

   Cuando me paré debajo del muelle para dibujarlo, me abrigué con la campera, puse mis zapatillas y las medias en una de las bases de una columna repleta de mejillones, y me giré hacia donde estaba el guardavidas: miraba para mi lado. Tal vez pensó que iba a suicidarme.



   Vi unas ramas que no eran de mar, me llamaron la atención, y luego tres flores: una ofrenda para unx muertx.

   Supongo que si mis sensaciones fueron de tener que ser cuidadosa es porque quiero vivir.

 

 

Auditorium

12:05 pm

Les enfants d´Isadora (Damien Manivel)

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Auditorium

16:40

O que arde (Oliver Laxe)

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Cinema 2

20:10 pm

A soft warrior y Queen of diamonds (Nina Menkes)


 

Martes 12 de noviembre

08:56 am

 

Bar desayunador del hotel

   Hoy estoy de mal humor. Tal vez sea por la incertidumbre: no sé bien qué películas veré ni si podré comprar un par de entradas para unas que quiero en específico. A eso sumado que no conseguí comida anoche, algo que ya es así en Mar del Plata: tenés que ir a un restaurante. Igual, me había comprado un mix de frutos secos y cené eso. Pero pienso en una frase: al país que fueres, haz lo que vieres y Cuqui, si sabés que no hay buenas rotiserías, ¿qué te quejás?, sentate en un restaurante y chau. O comprate queso (algo que ya he hecho, por supuesto).

   También me veo desabrida, eso que me pongo todo el arcoíris encima.


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   Ayer, al escuchar a Nina Menkes (para mi sorpresa, le entendí casi todo lo que dijo en inglés), ella insistía en que no hace concesiones en su trabajo, que por eso era 100% independiente. Me encantó Queen of diamonds y que hubiera unx gatite. Su hermana Tinka es muy bella.

 

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   Hoy o mañana es la Luna Llena en Tauro, grado 19-20.

 

Escaleras del Ambassador

10:19 am

   Las cosas se van acomodando: ya dejé la ropa sucia en el pequeño lavadero que está frente al hotel (lo había visto el año pasado desde la ventana del bar desayunador); pasé por el cajero (para que me sobrara, ya tenía plata) y compré entradas para el documental sobre el rodaje de El exorcista, Leap of faith, otro documental que es sobre PJ Harvey, A dog called money y Space dogs (dog-dog). Para El exorcista no quedaban más en venta, ya veré si consigo para acreditadxs.

 

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   En Les enfants d´Isadora se ven los movimientos sencillos de lo cotidiano como danza, más que nada en la tercera parte, con la mujer afrodescendiente con dificultades motoras. Cuando se quitaba la ropa me recordó a mí misma frente al espejo, con un camisolín cayéndose de mi cuerpo al quedarme tan grande.



   Durante el conversatorio con la actriz francesa (hermosa según el canon hegemónico) de la primera parte (¿la adolescente con Síndrome de Down y la otra coprotagonista también viajarán acompañando la película?), varias personas, más que nada mujeres en sus sesentas, decían que estaban muy contentas de verse en la pantalla, tal como me pasó a mí.


   Hoy a la mañana entré al Instagram del festival y vi que la imagen de promoción de esa película es muy parecida a la síntesis que yo hice en mi registro con acuarelas anoche. Igual que la imagen de promoción de O que arde: hay árboles quemándose, aunque con un bombero a contraluz y yo hice el bosque quemándose y al costado las raíces de un eucalipto, porque el protagonista se refiere a lo invasivos que son en una charla con su madre.



   Lxs dos hijxs de Isadora Duncan murieron ahogadxs al caer al Sena dentro del auto en el que iban; ella murió ahorcada con su foulard enredado en la rueda de un auto. Ahogada también. Estrangulada por el cordón umbilical que la unía a sus hijxs. Su muerte fue en relación a ellxs no a otra cosa.

 

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   Ayer Nina Menkes estuvo solo antes de la proyección del primer corto que hizo, A soft warrior, y de Queen of diamonds y no al final de ambos para dialogar con el público porque se cayó y se lastimó un poco la rodilla, estaba con muletas. Le dieron un Astor a la Trayectoria.



   Si se lastimó una rodilla fue porque tuvo que obedecer en algo que no quería. El día de la apertura estaba bien, de hecho bailó unos pasitos en el espacio de fotografía (prensa).

 

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   Ayer a la tarde, en una larga fila de espera, oí a unx espectador que dijo que se quedó a ver la película el día de la apertura que ya había visto en su momento, más por cumplir, como cuando vas a un velorio.

 

 

Cinema 2

11:05 am (empezaba a las 11)

Bo camina (Miguel Hilari)

Jiíbie (Laura huertas Millán)

Plano controle (Juliana Antunes)

 

 

   Vine caminado apurada al cine con la directora brasileña Juliana Antunes, que tuvo la misma confusión que yo porque estaban mal los datos: en la guía decía Ambassador 4 y en la grilla de prensa, Cinema 2. Ella estaba recuperándose de algo en el tobillo y de unos problemas respiratorios (era la primera vez que la veía y me ofrecí a que fuéramos juntas hacia el otro cine a pocas cuadras porque yo lo conocía y ella no, pero no tan pocas como para su estado de salud). No hablamos, me pidió no hablar para no agitarse y por mí, bárbaro, me da igual. Me dijo de tomarnos un café después, pero no hacía falta. Y menos por compromiso.

 

 

Patio de comidas de Los gallegos

12:47 pm

   ¡Pude almorzar! ¡Qué milagro! Aunque un poco salado, pero ¡qué rico igual!

 

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   El corto de Juliana Antunes, Plano controle, resultó conciso, excelentemente realizado y crítico con el gobierno de derecha de Brasil, la tecnología, el machismo. Yo no le nombré a Bolsonaro en el camino (antes que me dijera que no podía caminar y hablar a la vez) porque, si bien supuse que estaría en contra, no lo sabía, pero no solo está en contra. A favor de Lula y de Dilma y muy contenta con nuestro presidente electo.

   Su corto era de ciencia ficción: tecnología que permite la teletransportación, pero al funcionar mal te deja en un barrio que se llama Nova York en vez de en la ciudad estadounidense, o te hace viajar en el tiempo. Me pareció muy llamativo que la protagonista estuviera en el lugar equivocado porque a Antunes le pasó lo mismo (lxs otrxs dos directores con lxs que compartía sala no estaban presentes).

   Y me quedé pensando, ¿qué es o qué sería ser adulta? Ella, al final, en el diálogo con el público, hizo un comentario al respecto. Supongo que será hacer cosas lógicas, porque tener sexo y ganar plata no te hace adultx en sí mismx. ¿Donald Trump es adulto o un racista homofóbico pelotudo de mierda?

   Unx ecologista me parece adultx, tenga la edad que tenga.

 

 

Cinema 1

(No veo la hora, no hay luz general, solo unos foquitos a los costados).

Angélica (Delfina Castagnino)

 

 

 

Patio de comidas

15:40 pm

   Café con roll de canela.


  Para mi sorpresa, la película Angélica es espectacular. Fui a verla porque no tenía otra cosa, pero ahora dudo que alguna pueda superarla. Trata sobre la locura, como Joker, solo que es más realista. Al estar el productor durante el diálogo con el público, le preguntaron sobre costos: unos $8.000.000 (se refirió a esa cantidad como película de bajo presupuesto).



   Me sentí identificada hasta con las uñas de la protagonista: ella las tenía de color verde brillante o nacaradas y yo hoy las tengo de color celeste brillante (un esmalte que me compré anoche porque quería algo en relación al mar). Tranquilamente soy yo, o podría ser yo si me aislara un poco más. Al límite con la locura. La escena cuando Angélica (muy buena señal estética al comenzar la película con la tipografía y el color) va a una fiesta con gente más joven, ella de cuarenta y las otras de veinticinco, me hizo acordar a mí misma el día de una pequeña feria en la UNC con estudiantes, sentí que fui vista por ellxs igual de rara estilo Joker.

   Volviendo a las uñas, claramente no eran realistas, porque el esmalte no dura tanto en estado de perfección. Había una sutileza en sus uñas, combinadas con el verde lavado de su pijama de seda de verano.

 


Cama de mi hotel

16:30

   Espero no desconectarme de la realidad, o sea, no volverme loca.

 

 


Miércoles 13 de noviembre

08:46 am

 

Bar desayunador del hotel

   Quiero repetirme: ¡Cuqui, no te vas a quedar con hambre!

 

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   Al final voy a ir a ver una película que había tachado, se llama Por el dinero, y a la noche la de PJ Harvey titulada A dog called money (money-money).

 

Cinema 2

Por el dinero (Alejo Moguillansky)

11:07 am

 

   Llegué corriendo. ¡Cuántas escaleras que hay en Mar del Plata!

 

 

Patio de comidas de Los gallegos

13:08 pm

   Conseguí una súper ensalada riquísima y barata. Lentejas, porotos, berenjenas y un huevo duro.

   Casi me compro unos fideos con verduras al wok pero no me gustó el tonito de lx pendejx cheff que atendía. ¿Wok es cocinar verduras o un modo de cocción? Para mí, modo de cocción, pero lx cheff en tono sobrador dijo que wok significaba que era de verduras solas, sin carne. Ok. Y la cajera me iba a cobrar $425 cuando había otro precio arriba, menor (aparentemente era de media porción). Preferí irme.

 

Ambassador 2

15:44 pm

Le cousin Jules y Jessica, look at me (Dominique Benicheti)

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Auditorium

16:47

El cuidado de los otros (Mariano González)

 

 

El caballito blanco

20:45 pm

   Tortilla de papas, tomate cortado al medio y agua mineral sin gas.

 

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   Hoy fui a caminar por la costanera para el lado del Torreón. Quería hacer una deriva en relación a la locura.

   Me había puesto un límite horario para avanzar porque tenía que ver una película a las 11 am. Caminé bastante y de pronto vi un edificio que decía: Acuarelas, una obra de Clorindo Testa. Así que me senté a dibujarlo (me quedó como el culo). La pared lateral que me daba de frente cuando iba avanzando tenía los restos de un edificio demolido y cuando lo pasé leí esa palabra, Acuarelas. ¿Querés salud mental? ¡Acuarelas!

   Y desde ese lugar emprendí el regreso. Volvía muy animada, pero en un momento me di cuenta que calculé mal el tiempo y empecé a caminar más rápido. También hacía más calor que los días anteriores, no corría viento, así que llevaba mis dos camperas, la liviana de siré y la otra en los brazos. A mitad de camino leí Don´t give up en el cuello de la ropa de un hombre, y le hice caso. Incluso pensé que podía llegar diez minutos tarde. Como se retrasan en empezar porque primero presentan a directores, actores, etcétera, seguí caminando. Llegué muy bien de tiempo, transpirada, me senté al fondo en la última fila. Y ahí comprendí la parte final de la deriva: si transpirás bastante caminado bajo el sol no hay forma de estar locx.

   Creo que mi riesgo a la locura está más emparentado con el encierro. Toda transpirada me sentía sana a nivel mental, incluso conectada con un lado mío más joven (ese comentario es de cuarentona).

 

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   Durante la proyección de Por el dinero me pareció una película demasiado hétero, pero no sabía si era algo objetivo. Cuando el director empezó a hablar durante el diálogo con el público no soltaba el micrófono y decía mi hija (estaba sentada al lado, una nenita que también actúa en la película), no le estaba generando un espacio/invitación para que hablara, sino que era una autorreafirmación de que él era padre y no de la niña como niña, niña actriz o actriz.

   La coprotagonista, por lo que entendí, es pareja del director y él tampoco le dio el micrófono para que dijera nada. Además, el tipo me empezó a aburrir. Así que me levanté y me fui.

   También son molestas las preguntas del público cuando no son concretas.

   La película era llevadera, excepto la última parte, no había conexión y cuando le preguntaron sobre la continuidad al director, relativizó la importancia de tener un guion (no me ofende), lo que hacía que la película bajara de calidad en tono derrape. Contó como algo divertido que la nena no estuviera en la lancha donde huían de Colombia, luego de haber robado veinte mil dólares, porque el rodaje fue muy temprano, para no despertarla y después apareció en la isla junto a lxs demás como si nada. Igual que apareció ropa, un sol de noche, un libro, hamacas paraguayas, etcétera.

   Lo absurdo no importaría, pero lo machirulo sí.

   Delfina Castagnino está embarazada pero se veía como una directora que estaba estrenando su película y que además debía estar chocha por fuera de su mundo como cineasta. Completamente distinta la energía y el respeto hacia su trabajo. Ella misma lo dijo, que lo había menospreciado al pensar que lo podía hacer más rápido o que fuera más fácil (creo que se refirió puntualmente a la etapa de montaje). Ella sí respetó el hacer un buen guion y se nota en la película, es perfecta. Incluso en el error que hay cuando la protagonista está en topless en el ático con un rifle, se escucha un disparo y luego está con el arma pero vistiendo una musculosita; el montaje está tan bien que dudo si es un error o no.

 

Ambassador 3

22:52

A dog called money (Seamus Murphy)

 

 

Jueves 14 de noviembre

08:40 am

 

Bar desayunador del hotel  

   Durante la proyección de A dog called money me pregunté por qué no hay más mujeres en el grupo de músicxs de PJ Harvey. Había un regodeo con ir a países musulmanes y ser la única mujer. Si en su equipo hubiera incluido a más mujeres, no hubiera sido la única.



   Por momentos, cuando hablaba recitando sus poemas era como escuchar a Patti Smith, aunque Harvey es más prolija, contenida.

   Por otro lado, la sala en que se proyectó no tiene buen sonido, está muy bajo, ya pasó con Zombies en el cañaveral, pero en este caso es distinto porque era un documental sobre música. Sin embargo ese percance tuvo algo muy positivo ya que había que estar en silencio absoluto, era como comer o tomar algo sin azúcar o sin sal, que el sabor es más suave.

   Antes de empezar, dos personas sentadas a dos filas delante de mí se pusieron aceite Just a bolilla (después les pregunté cuál era: el Anti-estrés). Me encantó sentir ese aroma durante la proyección, era ese olor con esos sonidos y la tranquilidad de PJ Harvey.

   La canción que más me interesó fue Ministry of defense por cómo iba construyendo las combinaciones sonoras y el resultado.

 

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   La película protagonizada por Sofía Gala Castiglione, El cuidado de los otros, mantiene la tensión (algo que le escuché decir a otrx espectadorx a la salida), pero tenía problemas con detalles del guion: por ejemplo, en el momento que ella le pregunta a la pediatra o enfermera datos sobre unx paciente. Primero, lx conocería, porque era hijx de una doctora del hospital. Segundo, si venía de ahí, ya sabía, ya sabés todo lo que pasa en una terapia, más con un dato así de niñx intoxicadx con cocaína. Seguro que no había otrx. ¿Y darle su número sin ser familiar para que le avise cómo está lx paciente? Es antiético.

   Tampoco es muy realista que el personaje de Sofía y su pareja duerman apretadxs en el auto si vivían en una casa. Se podían haber tirado en el piso para dormir más cómodxs (el padre de ella y otro hombre dormían en su cama doble).

   La idea estaba buena y la actuación de la Castiglione más.

 

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   Me encantó Le cousin Jules. Ver otra época en el campo. No había plástico. Agua de pozo, balde metálico. La simplicidad de la comida, el pan casero comprado, la cocina a leña (era igual a la que usan en O que arde). Cada cosa en su lugar, como yo en este hotel. Y el nacimiento de los protagonistas a fines del 1800.



   Sabían hacer de todo. Me daba tranquilidad ver esa sencillez para vivir. Aunque, ¿y los libros, el querer estudiar?

   En una escena iba un hombre conduciendo un caballo con la carreta con leña y su mujer caminado atrás, había algo en ella sumiso, cuando claramente era más fuerte que él a nivel físico. Pero pensé que si ella hubiera ido sentada conduciendo la carreta y él caminado, también me hubiera parecido machista, era algo en la actitud de ambos.

 

 

Deriva playera en relación a la poesía

10:05 am

   Una señora me dijo: No se puede ir para allá (había  piedras, no había playa).

 

Durante la caminata, reflexiones

   Mujer con traje de neoprene va con su tabla de surf y un remo hacia el mar, caminado. Sin salvavidas, con una sonrisa en la cara mirando el mar. Eso es la poesía en sí misma.

   En la escollera estaba escrito: BODY y más abajo PAPÁ dentro de un corazón.

   Me llaman la atención las hojas de árboles en la orilla, son terrestres, no pertenecen al mar. Supongo que es eso: yo no pertenezco a la poesía de Mar del Plata, solo a la poesía en sí misma, como esa surfista que ahora veo de pie en su tabla a lo lejos.

   Lxs dos que más disfrutan del agua: una nenita de unos cuatro años y un perro llamado Puma (es Puma, ja,ja,ja). Incluso, lxs dos se encontraron en la orilla y ella frente a él le dijo ¡Hola perro!

   Así de simple y así de sencilla es la poesía-poesía.

   Vi escrito en la arena FELI, calculo que por Felipe, en referencia a unx niñitx de unos tres años que estaba con su mamá. Esa síntesis también es poesía. Yo escribo en un cuaderno con una lapicera de publicidad médica que encontré tirada,y ella escribe con su dedo el nombre de su hijitx y luego se meten juntxs al agua. La palabra será borrada por el mar. Ella lo sabe de antemano.

 

Cinema 1

01:15 pm

Las poetas visitan a Juana Bignozzi (Laura Citarella y Mercedes Halfon)

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Ambassador 3

18:36 pm

Leap of faith: William Friedkin in The exorcist (Alexandre O. Philippe)

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Cines del paseo 2

21:51 pm

Bajo mi piel morena (José Celestino Campusano)

 


 

Viernes 15 de noviembre

08:21 am

 

Bar desayunador del hotel

   Ayer a la tarde fui a ver el documental Leap of faith. Friedkin no tenía miedo de decir no. Defendía su película. Él perdió su amistad con el compositor Lalo Schifrin porque rechazó lo que compuso para su filme; también rechazó a otro músico, muy prestigioso en los 70´s, porque no le interesaba su propuesta, consideraba un cliché usar un órgano de iglesia en cine de terror. En varios momentos se refirió a la película de modo místico, como si hubiera sido dictada, que tenía apoyo del otro lado.



   A la noche, a las 12 de la noche, cuando se proyectaba El Exorcista en la Sala 1 del Ambassador, la más grande de ese complejo, donde el año pasado tuve la experiencia colectiva de ver Mandy, me quedé con un par más que tampoco tenían entradas, por si quedaba algún lugar libre y podíamos pasar.

   Era bastante desagradable observar cómo algunxs usaban conexiones para colarse, sobre todo cuando entró a las apuradas el programador para presentarla y un séquito de parásitxs fueron por detrás, pasando por encima de lxs chicxs que cortaban los tickets y de lxs demás que estábamos ahí.

   Mientras esperaba, sentí que me tocaron con un dedo el hombro izquierdo. Me di vuelta y no sólo no había nadie, sino que yo estaba muy cerca de la pared con un banner. Acto seguido, no más de quince, veinte, treinta segundos, una señora que había visto dentro de la sala me pregunta algo, no le entendí, le dije que no estaba en la fila por si quería entrar y la vi alejarse.

   Enseguida me puse muy contenta porque aparentemente un ser del otro lado me tocó el hombro para que estuviera atenta de que ahí había una entrada, solo que tardé en percatarme.

   Es como si la misma señora me hubiera tocado el hombro por detrás, pero ella estaba a mi derecha y calculo que aún dentro de la sala o apenas saliendo cuando sucedió.

   Uno de los problemas que tuve mientras miraba Leap of faith fue que tenía hambre, no mucha pero sí suficiente como para distraerme o no estar 100% atenta.

   Friedkin usaba métodos un poco cuestionables en la dirección actoral, pero a su vez muy efectivos.

 

 

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   Luego de Leap of faith tenía una hora libre hasta la próxima película, así que aproveché y fui a los Cines del Paseo, imprimí mi entrada y pedí media pizza y un agua. Pero noté que me decían correte, correte para allá, y no entendía en dónde me la iban a entregar, si me iban a llamar o qué. Así que me senté a una mesa que estaba vacía. A cada rato iban las mozas y un tipo (el que me había dicho que me corriera del lugar de despacho) me decía que yo había comprado para llevar y no para comer ahí blablablá. No era un patio de comidas sino como un bar, ¡pero yo qué iba a saber! Y ahí me quedé con mi agua. En otro momento volvió el chico y me indicaba, en síntesis, que me levantara de la mesa y me llevara mi fucking pedido y yo diciéndole que bueno, que devolvía el ticket (y ellos la plata). Hasta ahora no entiendo qué quería: ¿que me llevara la pizza a otro lado? ¿Era más caro sentarse a comer ahí?

   En el momento en que el tipo se me vino a la mesa y me decía que al final de la película me la podía llevar, lo veo pasar por detrás a Rosendo Ruiz y lo saludo. Él se acerca y nos pusimos a charlar de cine y le corté el rostro al tipo ese. Me quedé sorprendida de mi trato descortés.

   Una de las mozas, una divina, me dijo que ya me la iban a llevar a la mesa. Fue incómodo. La pizza estaba riquísima.

 

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   Durante la proyección de la película Bajo mi piel morena  volví a detestar a los varones cisgénero. Había un par (personajes) que me provocaban un rechazo total, unos que eran policías y tan machistas, tan violentos en su actitud… Los otros dos que se hacían los novios estaban casados y con hijos. El padre de una de las chicas trans no se hacía cargo de su rol, seguía diciéndole Luisito a su hija, no la dejaba entrar a su casa y encima le pedía plata; y el padre de otra de las chicas estaba idealizado porque había muerto.



   Las mujeres cis, en general, eran peores: violentando a una docente trans, otras que no le dejaban usar el baño de damas a Morena… Una mierda. Y lo hermoso de la solidaridad disidente.

   En una escena de la película, una de ellas, la profesora de Historia, hizo una pregunta retórica a sus amigxs: ¿Qué hubieran hecho en mi lugar? Y me quedé pensando. Yo hubiera dejado de ir a dar clases, lo que conllevaría a quedarme sin dinero, así que me hubiera tenido que suicidar. Ellas son muy pero muy fuertes, aguantando toda la mierda de la heterosexualidad cisgénero.

   Por momentos me gustó el melodrama bonaerense.

 

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   Las poetas visitan a Juana Bignozzi me sorprendió por la rapidez en que la terminaron, ya que el año pasado había visto el work in progress. Había poetas que conozco o que conozco de nombre, pero a diferencia de Lemebel, me sentí fuera, yo no soy como ellxs. Ni como ella.



   Me pareció un acierto que se mostraran los errores de filmación por no saber hacer en esa área, la cosa inexperta de Mercedes Halfon frente a la cámara como actriz era muy buen recurso. También me pareció un acierto que ya avanzada la proyección ¡apareciera la propia Juana Bignozzi!

   Pero creo que el documental trata más sobre el perno (textual de la co-directora) para Mechi de recibir como herencia la obra de Juana (¡por lo menos podría haber dejado ordenados sus papeles!), que de Juana Bignozzi y su poesía. Es más Mercedes Halfon, la albacea de Juana Bignozzi.

   Me gustó cuando la periodista definió a la poeta como belicosa, para no decir peleadora. El final está sobreactuado.

   Alguien del público, durante el diálogo, preguntó por qué no tenían los nombres aclaratorios cada una de las personas que dejaban su testimonio, y se justificaron pero nada contundente.

   Me quedé muy impresionada con Halfon como periodista, porque se ve que es muy rápida, precisa. A la semana de haberla entrevistado a Juana Bignozzi (se conocieron por ese motivo) ¡ya estaba la nota! Se ve que la rápida es ella. De hecho, dijo al final de la proyección que ahora tiene más ordenado el archivo que lo que muestra el documental.

 

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   Otro tema: hay mucha adicción a la telefonía celular, es impresionante y en gente mayor de sesenta es peor porque no tienen pudor ante sonidos altos.

 

 

 

Por la mañana

   Deriva en relación a no ocultarme.

   Muchas flores: huequito que hay, flores que ponen.

   Muchas pero muchísimas margaritas. Lavandas, cepillitos, flores de distintos colores.

   Interpreté mal el mapa y no encontré la calle Güemes, así que volví por Córdoba, fui por Santiago del Estero. El camino de regreso no era tan lindo. Hasta las flores eran más rígidas. En la otra calle crecían por acá, por allá, sueltas, relajadas, expansivas, abiertas.

   Lo bonito, lo hermoso, aparece en lo salvaje en cuanto a vegetación. Pensar en Vivienne Westwood. 

 

 

Ambassador 4

13:21

Space dogs (Elsa Kremer y Levin Peter)

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Cines del Paseo 2

15:45

Delphine et Carole, insoumuses (Callisto McNulty)


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Ambassador 3

18:55

Rasendes grün mit pferden (Ute Aurand)

 

  

Cena en pizzería barata

20:30

   En el Auditorium son habituales lxs espectadores que llegan tarde y cuando la sala está repleta, la acomodadora te da con la linterna en los ojos sin piedad. Pero en general lxs que llegan tarde son hartantes.

   También son hartantes lxs que revisan el celular. Hoy en la proyección de Space dogs había uno que habrá estado aburrido, qué sé yo, ¡pero se puso a mirar cosas de fútbol! Una impunidad de no creer.


   Pero lo peor de todo fue hace un rato, durante la proyección de la película alemana Rasendes grün mit pferden. Una chica a dos butacas a la derecha de la mía en la misma hilera ¡abriendo una bolsa de papas fritas! ¡Comételas antes! Y una pelotuda que llegó un poco tarde y se me sentó al lado, parecía que se había puesto de acuerdo con la otra sorete: las dos con sus respectivas mierdas ruidosas. Después de un rato, la que ya estaba siguió dándole al ruido y la de mi izquierda no, pero se despatarró cual machirulo en el colectivo. Por suerte se aburrieron con la película y se fueron.

   De hecho, durante esa proyección se fueron un montón. Había que ser paciente, en verdad la película tenía muchos disparadores de ideas.

 

 

Ambassador 3

21:47

Present. Perfect. (Shenze Zhu)

 


 

Sábado 16 de noviembre

08:40 am

 

Auditorium

Los sonámbulos (Paula Hernández)

   Precioso el título en inglés: The sleep wakers.

 

 

 

Puerto de Mar del Plata

13:50

    Deriva de hoy.

   ¡Deriva! Me acabo de dar cuenta de la palabra. ¡Ya compré mi ticket para navegar en el Anamora!

 

Ambassador 2

22:20

Un sueño hermoso (Tomás De Leone)

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Ambassador 1

12:34 am

Warning: do not play (Kim Jin-Won)

 

 

Domingo 17 de noviembre

 

 

La fonte d´oro

08:09 am

   Café con leche y tarta de ricota.

 

 

Museo MAR

La fonte d´oro

Casi 11 am

   Antes que me olvide, quiero decir que ayer, cuando fui para el puerto, me llamó la atención un dato: la calle Patricio Peralta Ramos se cambia de nombre a Av. de los Trabajadores en la Av. Juan B. Justo (sic). Digo, teniendo en cuenta a Federico Manuel… ¡y a mí!

 

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   La deriva de hoy fue breve y muy puntual. Quise venir al museo MAR por la orilla, pero la sorpresa fue que todas esas playas son muy pozos. El año pasado me había dado cuenta de eso haciendo el trayecto por la costanera, pero no sabía exactamente cómo era la experiencia de ir por la arena. ¡Me hundía! Era muy cansador para los gemelos. No era tranquilo y relajante. No encontraba mi lugar.

   Me ayudaba a continuar el querer llegar y que sabía que ya encontraría una playa más linda para caminar. La encontré ¡a la altura del museo casi dos horas después!

   O sea que para trabajar es importante tener una meta, entonces las dificultades parecen pasajeras, ¡aunque no lo sean!

   Tal vez me veía ridícula o exótica, ya que iba con mi vestido rojo de bordes fucsia y el pañuelo amarillo entrelazado en mi cuello por la cabeza. Pero yo me sentía linda y protegida por los colores. Pensé que habría una playa más adelante y que ahí me podría quitar el vestido para caminar en bikini, pero eso nunca sucedió. Supongo que tiene que ver con la creencia de algo mejor para el futuro. Y el futuro es hoy, como dice la frase cliché. Además, eso reafirmado por una señora que corría una maratón, que pasó frente a mí cuando iba cruzando la calle Camet hacia el museo y, agotada, me dijo: 42 nunca más, 42 nunca más. Eso, 42 años no voy a tener nunca más, lo mismo para cualquier cosa que quiera hacer: hacerla ahora, al mejor estilo Tarde Marika.

 

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   Ayer a la tarde vi el documental Un sueño hermoso sobre María Luisa Bemberg y una de sus actrices, Alejandra Podestá.



   Era bastante molesto que casi todxs lxs entrevistadxs de corporalidad hegemónica, se refirieran a Alejandra Podestá como la enana, incluso que la directora haya usado esa palabra para la búsqueda de la actriz en la etapa del casting.

   Unx de sus compañerxs de trabajo se refirió a sí mismx como persona pequeña.

   Hace unos meses leí en una revista que durante el rodaje de Freaks lxs actores bellxs sentían asco de comer con lxs otrxs, tenían un rechazo real.

   Está la cuestión de la discriminación y de solo poder existir en la ficción, de hecho Alejandra se refería al rodaje como un sueño hermoso, tomado luego por lx documentalista como título.

   María Luisa Bemberg en una entrevista incluida, dice que el machismo es fascista y el feminismo anti-fascista y que cuando exista la igualdad ya no existirá más el feminismo (muy utópica).

   Con respecto a micro-machismos, cada vez me resultan más insoportables. Hoy, por ejemplo, cuando fui al bar a desayunar en el centro, un machirulo de unos treinta años estaba despatarrado hacia el costado de su mesa mirando el celular. Le tuve que pedir permiso para pasar. Y así otro y otro macho hétero cis con su mierda. Antes también me molestaban, pero no sabía por qué.

   Después fui a ver la de terror, Warning: do not play en la sala de abajo en el mismo complejo y había una cola enormeeee.

   ¡Me senté en una butaca con el respaldo alto, medio escondida a un costado y era tan cómoda! Al tener la cabeza cubierta era perfecto para ver una de terror (nadie me podría cortar la cabeza por detrás, ja, ja, ja). Pero me aburrí o no me metí del todo y me dormí igual que el personaje principal al comienzo del filme, que se duerme o sueña que se duerme en la butaca de un cine.



 

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   En la película alemana Rasendes grün mit pferden no pasaba nada, pero como estoy tan acostumbrada a Instagram, podía entretenerme. Yo no le hubiera puesto ese efecto de luz que titila porque es molesto. En el documental sobre PJ Harvey era más molesto todavía: todo oscuro, todxs con ropas negras y luego una placa separadora blanca texturada con un breve escrito. Tengo fotofobia, así que era incómodo e inútil el texto porque no lo podía leer.



   La que vi después, una china, Present. Perfect. me aburrió. Lxs protagonistas que hacían streaming me parecían personas muy inocentes, interesantes, pero muy inocentes. No sé si son reales o si fueron personajes creadxs para la película porque me dormí, aunque lxs cuerpxs no tenían nada de ficticios. El menos expuesto en su inocencia era el que bailaba: el arte ayudando de nuevo, protegiendo de nuevo. Me encantó el final con él bailando Gangnam Style, ahí me desperté del todo.

 

 

Torreón del monje

19:36

   Café en jarro con crema.

   Quisiera aprender a hacer cascaritas de naranjas con azúcar, como las que me acaban de traer.

 

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   Con respecto a la deriva de ayer, fue bien sorprendente.

   Yo ya venía medio-medio de ánimo y al salir de ver Los sonámbulos, con unas actuaciones increíbles (en la charla con el público, volví a reafirmar el valor del trabajo, tanto en el guion como en los ensayos exhaustivos con lxs actores) y ese final…



   Si bien la violación no me parece lo más grave de todo lo que pasaba en la dinámica familiar, sí fue lo más concreto-visible, porque en cuanto a lo demás cada unx podía dudar si era real o subjetivo. La adolescente en la ficción mira cómo su abuela enfrenta a su primo violador y su padre le da una trompada, todo entre gritos y ella asustada se hace pis encima. Se encierra en el asiento de atrás de la camioneta. La madre (Érica Rivas está tan impresionante que no se puede creer), con urgencia le dice que le abra, se sube, la enciende y se van. Eso me fascinó.

   No le dijo que abriera y le pidiera que se bajara o se pusieran a charlar acerca de lo sucedido. Me alivió que no dudara, no juntó sus cosas, arrancó y se fueron de ahí. La contundencia de esa acción.

   Entonces quise ir a caminar por la costanera, para el lado del Torreón y pasar la curva. Cuando iba para allá tenía ganas de llorar.

   A pocos pasos, un grupo de personas vestidas de monja (pensé en la Hermana Margarita de nuevo) y de otras cosas improvisadas, de medio pelo, con más ganas que logros, le pedían a la gente sacarse fotos, les decían que sonrieran, que estuvieran felices. Me preguntaron si no quería sacarme una, algo a lo que era difícil negarse, porque te abrazaban y fotografiaban mientras te tiraban buena onda. Me dijeron feliz día, así que pregunté día de qué era porque yo no me entero ni de los feriados. Me contestaron que no era el día de nada en particular. Buenísimo.

   Otro grupo de ellxs, que iba un poco más adelante, decía que sonrieran, que estaban en La Feliz, etcétera.

   Me llamó la atención lo inesperado de esas acciones al comienzo de la deriva sobre mi familia.

   Antes de eso había dudado entre si ir a un restaurante para turistas, clásico, que está en una esquina abierto las 24 hs. a comerme unos ravioles, o seguir caminado.

   Por suerte me había tomado un café con leche y dos medialunas durante el diálogo del público con la directora, productor y actores de Los sonámbulos (una de las chicas que atendía el bar del Auditorium era muy amable conmigo, cosa que le agradezco enormemente debido a mi estado emocional general), entonces no tenía hambre. Decidí ir a ver qué había detrás de esa curva que siempre observaba a la distancia: ¡más mar, más costanera! No mucha playa, mucha roca con el mar rompiendo. Y más y más y más mar.

   En determinado momento vi el puerto a lo lejos y pensé en el Anamora para ir a navegar. Así que decidí seguir. Como a hora y media de estar caminado, me di cuenta que ya no sentía ni tristeza ni malestar. Estaba observando el paisaje, la arquitectura, las playas (una tenía ¡olas rectas alargadas, no curvas!).

   En la zona del puerto compré un cuarto de helado que me vino de diez, refrescante, lleno de azúcar y grasa potente. Y seguí caminando comiéndomelo bajo el calor y el sol que no era hartante, buscando el Anamora.

   Llegué a los lobos marinos y en unos locales pregunté por la excursión. Encontré la boletería y compré mi ticket pero eran las 13:30 y el embarque a las 16. Fui de nuevo a la zona de los lobos marinos y recordé que había una playa cercana. Pregunté en otro local y me ubicaron. Fui.

   Es lo ideal: playa, playa y playa para caminar. Me saqué la ropa, quedé con el corpiño negro deportivo y mi bombacha de algodón roja y me puse encima el pañuelo amarillo como pareo (una de mis mejores compras, es muy adaptable y llamativo). Fui a caminar por la orilla, pero claro, tengo piernas de sirena literalmente: se me unen los muslos de tan gordos, así que caminé todo lo que pude cuidando no lastimarme.

   Después volví al punto de partida y me senté en la arena. Me vestí. Un chico de unos treinta y cinco años, grandote, medio gordo, me pidió si no le cuidaba la remera y las ojotas porque se quería meter al agua (algo que yo también quería hacer pero no le pedí a nadie). El chico se tomó su tiempo, pero no estaba apurada. Después se ve que se quería quedar a charlar pero le di vuelta la cara literalmente. Por el momento, no puedo ni hablar con un varón cis. Era lindo, un oso, tal como me gustan.

   Después enfilé para el Anamora. Me senté en el barcito al aire libre en sillas anchas con lona plástica (no tenían servicio, solo en mesas y sillas altas deportivas). Y la gente fue llegando. Muchas parejas. Vi parejas y parejas en todo este viaje, pero ayer fue más marcado.

 

El nuevo mundial

21:57

   Tortilla de papas, tomate cortado al medio y agua mineral sin gas.

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   Sigo con la deriva de ayer.

   Bueno, me senté adelante en la embarcación.

   El audio que nos iba diciendo, entre canciones malísimas, qué había en tal lado, blablablá, era un poco berreta. Estaba bueno saber, pero a su vez… Y la pedorrada de comentar acerca de una playa y el tradicional (ja, ja, ja) bikini open.

   Las parejitas de treinta años para arriba mirando el mar… Las mujeres en pareja que estaban en cubierta (¡todas!) se apoyaron en la proa y a los costados, y los tipos abrazándolas por detrás entre conteniéndolas y apoyándoles la pija. O sea, entre la imagen romántica de la parejita y el chongo que hace todo lo posible por echarse un polvo.

   Pero sacando esas cosas humanas, me encantó viajar en el barquito en el mar. Por un momento sentí un poco de miedo al girar para emprender el regreso: hace unas semanas vi Panamá pepers, malísima, pero al principio se daba vuelta una embarcación más pequeña de turistas y se moría gente, basado en hechos reales.

   Descubrí algo para mí, no que sea un descubrimiento: mirando el horizonte en el mar ¡es curvo! Lo miraba como para dibujarlo mentalmente y me di cuenta de eso. Me fijé varias veces y sí.

   Después me volví en el 221 que acepta dinero y va por la costa. Hoy, al volver del museo MAR también me lo tomé para el regreso, había mucho sol y me hace mal a los ojos y a la piel (siesta).

   Ya voy teniendo mis playas y horarios preferidos. Me gusta tener todo el mar para mí sola o para muy pocas personas y eso es simple de lograr; me acordé varias veces de Simone de Beauvoir cuando ella decía que era muy fácil evitar a lxs turistas. A las 11 am empiezan a llegar todxs. ¡Y las colas en algunos restaurantes! ¿Para qué? No tiene gollete.

   Hoy cuando me bañaba, me noté las piernas más firmes. No creo que sea tan rápido, pero sentí eso.